Luego de que el proyecto de ley se aprobara en el Senado en octubre del año pasado, en julio de este año se obtuvo dictamen favorable en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados. Así, se espera que el etiquetado frontal de alimentos sea un hecho en la Argentina durante el mes de agosto, cuando se debata en el recinto de la Cámara Baja.
El proyecto establece que se deben colocar sellos negros con forma de octágono y la advertencia de “exceso” en el frente de los envases de productos que tengan altos contenidos de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías. Asimismo, el proyecto de ley contempla la regulación la publicidad de alimentos dirigidos al público infantil y adolescente.
AVANCES LEGISLATIVOS
El mes pasado obtuvo dictamen en comisión de la Cámara de Diputados el proyecto de ley de etiquetado, que propone incorporar sellos de advertencia sobre los alimentos envasados. El proyecto, dirigido a fabricantes, fraccionadores y envasadores que distribuyan, comercialicen o importen alimentos y bebidas analcohólicas, ya había sido aprobado en el Senado en octubre del año pasado.
Luego la iniciativa pasó a Diputados, en donde el presidente de la cámara, Sergio Massa, giró el proyecto a seis comisiones, en una decisión que fue leída como un intento de detener su avance. Finalmente, el proyecto se envió a cuatro comisiones, pero fuertemente resistido y criticado por la industria, sumado al contexto económico y político del país en el que primó el tratamiento de otras leyes, el debate nunca prosperó hasta hace pocos días, en donde se retomaron las conversaciones en comisión.
Así, el proyecto obtuvo 91 firmas en el dictamen de mayoría, en el marco del plenario de las comisiones de Legislación General, de Acción Social y Salud Pública, de Defensa del Consumidor y de Industria, que estuvo presidido por la diputada Cecilia Moreau (Frente de Todos). Algunos de diputados del Juntos por el Cambio apoyaron un dictamen en minoría de Carmen Polledo, que proponía, entre otras cosas, una forma diferenciada de etiquetar los alimentos; y otros dos miembros de la coalición opositora respaldaron un tercer dictamen, elaborado por Alejandro García, titular dela comisión de Industria que rechazaba el proyecto del etiquetado.
A su vez, un cuarto dictamen, con 5 firmas, fue propuesto por el titular de la Comisión de Salud, Pablo Yedlin (Frente de Todos), quien señaló algunas divergencias que surgirían de la implementación del proyecto, como los plazos de adecuación y la armonización con el Mercosur para su reglamentación. Esta opinión fue apoyada por legisladores de las provincias productoras de azúcar.
PRINCIPALES PUNTOS DEL PROYECTO
En la actualidad, el código alimentario argentino regula el rotulado de alimentos, y exige que se incluya la información nutricional, el valor energético y los ingredientes de cada producto. Ahora, el mencionado proyecto de ley busca regular el etiquetado de los alimentos envasados, a través de un esquema de rotulado que brinde información nutricional al consumidor, sobre los productos que presenten determinada cantidad de componentes considerados críticos como grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares y/o calorías. Según esta iniciativa, bebidas y alimentos procesados deberán llevar octógonos negros sobre el frente del paquete de al menos un 5% del tamaño de la cara principal del envase, cuando su composición supere un umbral mínimo en cada uno de estos componentes.
Además, el proyecto incluye otras reglamentaciones que prohíben o restringen la publicidad o las acciones de marketing, como el hecho de sumar información nutricional complementaria, logos o frases de aval de sociedades científicas, personajes infantiles, dibujos animados o promociones. También se limita toda la forma de publicidad de estos productos orientada a niños, no pudiendo ser ofrecidos en entornos escolares
El proyecto de etiquetado es impulsado por sectores del gobierno y por organismos multilaterales y ONGs como una política pública que apunta a mejorar los hábitos de alimentación y mejorar los índices de salud de la población argentina, en donde de acuerdo con la última Encuesta de Factores de Riesgo del Indec (2018), el 61,6% de la población tiene exceso de peso y se registra un 13,6% de exceso de peso en menores de cinco años (la tasa más alta de América Latina).
LA INDUSTRIA ALIMENTARIA Y EL MERCOSUR
El proyecto de etiquetado frontal replica los esquemas que ya se implementaron en otros países como Chile, Uruguay, Perú y México. Por su parte, la industria alimenticia argentina critica estas regulaciones y advierte que su implementación “demoniza” algunos productos y nutrientes como el azúcar, a la vez que atenta contra el desarrollo del tejido productivo de numerosas provincias.
De esta manera, el sector reclama un sello menos visible y no acepta que para definir el nivel "crítico" de nutrientes se tomen los valores de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que serían más exigentes que los utilizados para políticas domésticas. Otros modelos, como las guías diarias de alimentación, el modelo de semáforo, el etiquetado de resumen y el sistema Nutriscore, son mejores recibidos por la industria alimentaria.
Cabe destacar que en el Mercosur, en donde hace algunas semanas Argentina finalizó la presidencia pro tempore para que Jair Bolsonaro inicie su mandato en el bloque regional, esta ley hace ruido por las ventas de alimentos entre los países. Argentina exporta por 1500 millones de dólares a Brasil en el rubro de los alimentos envasados y la cancillería, en noviembre, había rechazado la ley y reclamado no sancionar la ley de etiquetado de alimentos hasta armonizarla con Brasil, que tiene un sistema de lupa que fue implementado por resolución.
PERSPECTIVAS Y PRÓXIMOS PASOS
Dado el receso invernal durante las últimas dos semanas de julio en el Congreso, no habrá sesiones legislativas ni reuniones de comisión programadas en lo que queda del mes. Además, cabe considerar que el 23 de julio vence el protocolo de la Cámara de Diputados para sesionar de manera virtual por lo que los bloques deberán negociar la extensión o aprobación de un nuevo protocolo.
Por otro lado, en un segundo semestre cruzado por las elecciones legislativas, el 24 de julio es el cierre de listas por lo que muchos diputados nacionales estarán concentrados en hacer campaña en sus provincias para renovar su mandato. Sobre este punto, la extensión de las sesiones virtuales podría facilitar que los legisladores se conecten para el trabajo parlamentario mientras están de campaña. Ahora va a depender de las negociaciones que el Poder Ejecutivo y el Presidente de la Cámara de Diputados lleven a cabo, pero es muy poco probable que ocurra antes del mes de agosto.
Asimismo, el proyecto establece un plazo de adecuación de 180 días, mientras que ese tiempo para las pymes será de 12 meses, con la posibilidad de extensión. Además, el Poder Ejecutivo tendrá 90 días para reglamentar la ley, o sea, faltará bastante para que el etiquetado se ponga en práctica aún después de sancionarse en el recinto.